En primer lugar, quería volver a agradecer en nombre de la familia y amigos de Antonio nuestro más sincero agradecimiento por las muestras de apoyo, solidaridad y cariño que hemos recibido en las últimas 24 horas.
No tenemos noticias nuevas que compartir. Mi hermano Antonio está desaparecido y las autoridades siguen con las labores de búsqueda.
Esto es una pesadilla de la que pronto nos despertaremos, ¿verdad? Ojalá fuera así de sencillo. En fin, uno no se puede nunca imaginar cómo sería estar en el ojo de huracán, hasta que de repente te ves dentro.
En este huracán damos vueltas los ciudadanos, las autoridades y los medios de comunicación. Los ciudadanos se han comportado ejemplarmente y estaremos eternamente agradecido. Las autoridades me mantienen informado como representante de la familia de Antonio, y ya habrá tiempo de valorar su actuación una vez que esto termine.
Los medios de comunicación han cumplido con su labor de difundir la noticia, unos con más acierto que otros. Ha habido ciertos ejemplos de tergiversación y desinformación, que no vamos a entrar a desmentir. Sin embargo, sí esperamos que los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores del Gobierno de España tomen cartas en el asunto con determinación.
Hasta hace 24 horas, cuando pensaba en periodismo ciudadano sólo veía las posibilidades que ofrece internet a los ciudadanos para recoger, analizar y difundir la información de forma independiente los hechos que ocurren en el mundo, lo que le ocurre a los otros, no a uno mismo. Gracias a un blog, Twitter y Facebook, yo soy un medio de comunicación con capacidad de llegar a miles de personas. Nunca en la historia los ciudadanos hemos tenido estas herramientas a nuestro alcance. Recuerda esto si alguna vez te ves en el ojo del huracán. Adaptarse o morir, es lo que deben pensar los periodistas constantemente, porque esta revolución va muy deprisa y no los vamos a esperar.
